Música criolla del Perú
Los Troveros Criollos

MUSICA CRIOLLA DEL PERU

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Trilce · Hudson Valdivia y Lucho Garland (Lucho Garland y César Vallejo)

Trilce - Por fin!! Después de larga espera apreciamos a Hudson Valdivia, el mejor recitador de los poemas de César Vallejo, acompañado nada menos que por el maestro Lucho Garland. Trilce XXVIII, poema dedicado a las madres.

César Vallejo nació en Santiago de Chuco, Perú, 16 de marzo de 1892. Este poeta y escritor peruano es considerado entre los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX. Publicó en Lima sus dos primeros poemarios: Los heraldos negros (1918) y Trilce (1922), obra que significa ya la creación de un lenguaje poético muy personal, coincidiendo con la irrupción del vanguardismo a nivel mundial.

Durante largo tiempo incomprendido, es hoy considerado como el más importante poeta latinoamericano del siglo XX y conocido como el Poeta universal. Falleció en París el 15 de abril de 1938.

Trilce es el título del más importante y conocido poemario de César Vallejo. Lo escribió entre 1918 y 1922. Es considerado como una de las obras cumbre de la Vanguardia poética en lengua española.

El libro fue escrito en una etapa especialmente dramática para el poeta. La muerte de su madre en agosto de 1918; un fracaso amoroso en mayo de 1919; el fallecimiento de su amigo el escritor Abraham Valdelomar en noviembre de 1919; la sensación de no ser aceptado totalmente en Lima al ser cesado en su puesto de maestro (fines de 1919); y su estadía en la cárcel de Trujillo durante 112 días, entre 1920 y 1921, acusado injustamente de agitador e incendiario, fueron acontecimientos que marcaron el profundo sentimiento de exclusión del poeta que se ve reflejado desgarradoramente en sus poemas.

Trilce es uno de los libros de poesía más radicales escritos en lengua española, que apareció justo en el momento de la irrupción del Vanguardismo en el mundo, que pregonaba una renovación o cambio de los cánones de la estética, luego de la gran conmoción universal que significó la primera guerra mundial.

Hudson Valdivia, arequipeño de nacimiento, fue el máximo intérprete de la poesía de César Vallejo y uno de los más notables actores peruanos.

Egresó en 1954 de la Escuela nacional de Arte Escenico y expuso su arte en paises como Uruguay, Chile y Argentina, donde permaneció un año trabajando en teatro radio y television.

En sucesivas temporadas la critica lo consideró como el mejor actor nacional (El eterno marido, La Zorra y las Uvas,) y trabajó para diversas instituciones oficiales como la Universidad del Aire de Radio Nacional, el Instituto de Extension Cultural de la Universidad San Marcos y el Ministerio de Relaciones Exteriores, entre otros.

Lucho Garland, limeño, legendaria primera guitarra del conjunto Los Troveros Criollos, brilló como guitarrista, cantante y arreglista en una larga carrera llena de esplendor. Su legado musical es enorme y forma parte importante de la música criolla peruana (Yo la quería Patita, Luis Pardo, El Rosario de mi Madre, etc).

Se le considera como el iniciador del uso de las armonías en la guitarra criolla a comienzos de los cincuenta. Sus armonías y acordes disonantes fueron posteriormente seguidos y desarrollados por otros grandes guitarristas como Carlos Hayre en los sesenta y Felix Monteverde en los ochenta y noventa.

TRILCE · HUDSON VALDIVIA Y LUCHO GARLAND – LETRAS

He almorzado solo ahora, y no he tenido
madre, ni súplica, ni sírvete, ni agua,
ni padre que, en el facundo ofertorio
de los choclos, pregunte para su tardanza
de imagen, por los broches mayores del sonido.

Cómo iba yo a almorzar. Cómo me iba a servir
de tales platos distantes esas cosas,
cuando habráse quebrado el propio hogar,
cuando no asoma ni madre a los labios.
Cómo iba yo a almorzar nonada.

A la mesa de un buen amigo he almorzado
con su padre recién llegado del mundo,
con sus canas tías que hablan
en tordillo retinte de porcelana,
bisbiseando por todos sus viudos alvéolos;
y con cubiertos francos de alegres tiroriros,
porque estánse en su casa. Así, ¡qué gracia!
Y me han dolido los cuchillos
de esta mesa en todo el paladar.

El yantar de estas mesas así, en que se prueba
amor ajeno en vez del propio amor,
torna tierra el brocado que no brinda la MADRE,
hace golpe la dura deglución; el dulce,
hiel; aceite funéreo, el café.

Cuando ya se ha quebrado el propio hogar,
y el sírvete materno no sale de la tumba,
la cocina a oscuras, la miseria de amor.
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